Se sabe que nunca firmó un cheque por considerarlo como un acto de prepotencia, además porque todo su dinero, que fue mucho, se lo gastaba en mujeres y alcohol. Fue amigo de Pedro Infante, Amparo Montes, Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, estos últimos quizá lo inspiraron para que publicara un libro de memorias titulado El Andariego.
Jamás manejó un automóvil y eso que a lo largo de su vida se compró cerca de 50.
Le gustaba cocinar verdolagas con espinazo, mole de olla, nopalitos navegantes con carne de puerco y huevos, aunque no le gustaba ir al mercado a comprar las cosas porque se tardaba mucho saludando a la gente que se le acercaba y, lo «peor», es que nadie quería cobrarle nada.
No tenía miedo a la muerte pues decía que ésta le «pelaba los dientes», por eso para él era como una buena amiga y más cuando ya la había visto de cerca en tres ocasiones, debido a los accidentes aéreos en los que había estado. El primero a bordo de un avión fumigador; el segundo en una avioneta; y el último, donde la vio más fea, fue en Guadalajara, acompañando a un diputado que lo invitó a volar en su avioneta.
Este último accidente fue el motivo por el cual desde hace 26 años caminara mal, algo que nunca lo detuvo para estar siempre presente en sus espectáculos, los cuales adoraba.
Decía que las mujeres le podían fallar pero su guitarra nunca, por eso la consideraba su más fiel compañera, aquélla con la que podía interpretar temas como Échame a mí la culpa, Te odio y te quiero, El último trago y Serenata sin luna, sólo por mencionar algunos.
No sólo interpretó a Álvaro Carillo, también a Guty Cárdenas, Curiel, Gabriel Ruiz, el Vate López Méndez, Palmerín, Del Moral, Grever, Lara, Cervera, Zorrilla, Luna de la Fuente, Molina Fuentes, por considerarlos los mejores poetas dedicados a hacer boleros.
Jara, quien era un romántico empedernido, lamentaba la falta de honestidad que tenían algunos cantantes que se apoyaban en la tecnología y la parafernalia para pararse en un escenario, vestidos inapropiadamente y sólo para cantar cosas ininteligibles.
Él aseguraba que todavía sentía miedo cuando debía subir a un escenario, usando aún un par de mancuernillas, porque creía que
el artista, que en verdad se decía artista y no sentía ese miedo tan especial, era como si estuviera prostituyendo el arte.
Tomado de la nota necrológica: Muere Pepe Jara, de La Crónica.
En este LP, emisión 1966, escucharemos al Trovador Solitario acompañado de ritmos y orquesta de Chucho Ferrer.
Este no es el mejor Pepe Jara y las interpretaciones son un tanto forzadas, sobre todo por la selección... juzguen Uds.
Vale